- Autor: Paul McCartney
- Ilustración: Kathryn Durst
- Tamaño: 25,00 x 29,5
- Páginas: 32
- Publicación: Noviembre 2019
Cuando leí que el artista Paul McCartney había escrito un álbum dedicado a sus nietos sentí una inmensa curiosidad por tenerlo en mis manos. No sólo porque me encanta la música de los Beatles, sino porque me pareció un gesto muy tierno de una persona viva, alegre que ya ha escrito algún libro y que ha deseado introducir su creatividad también en el mundo de la literatura infantil.
La editorial Bruño nos presenta a Edward Marshall y a sus cuatro nietos en este libro de aventuras en el que la imaginación se dispara en cada viaje. La diversión, la intriga y el deseo de cambiar de escenario ante los peligros a los que se enfrentan hacen que el lector esté atento en todo momento.
Me encanta la forma en la que empieza este libro, con una postal dirigida al lector en la que presenta el libro y cuenta que cuando sus nietos van a pasar el fin de semana a su casa viven aventuras mágicas con cierto riesgo pero todas acaban saliendo bien. Leer esas palabras tranquiliza a los pequeños si a lo largo del libro piensan que puede ocurrir algo malo.
Siempre busco la parte didáctica de un libro y en este caso podemos trabajar las partes de una postal, escribir postales y enviarlas a través del buzón o de la oficina de correos más cercana.
Lucy, Tom, Em y Bob son los nietos de Edward. Un fin de semana estaban en casa del abuelo un poco aburridos. El abuelo sacó un montón de postales de lugares fantásticos y todos desearon estar en alguno de ellos.
Entonces el abuelo sacó su brújula mágica del bolsillo y dijo: – Brújula mágica del superabuelo, llévanos lejos de este salón… ¡a ese paisaje molón!
FIUUU ¡CATAPUM! y aparecieron en un una impresionante playa. En la playa de una de las postales. Los niños se bañaron en el mar, vieron a peces voladores que saltaban del agua. Se subieron sobre ellos y volaron sobre el mar. Después descansaron en la arena hasta que un cangrejo pellizcó el dedo gordo del pie de Bob y aparecieron decenas de cangrejos que iban a rodearlos.
Ante el peligro, Em gritó al abuelo para que sacará su brújula y les llevará a algún lugar menos…. pellizgroso y volvió a repetir las palabras mágicas: – Brújula mágica del superabuelo, llévanos con este vaquero, mientras agarraba en sus manos la postal de un vaquero montado a caballo.
FIUUU, ¡CATAPUM! y aparecieron en un desierto con el vaquero, montaron a caballo y una manada de búfalos les sorprendió. El caballo de Tom se levantó sobre las patas traseras y el niño cayó al suelo pero el abuelo le atrapó con una cuerda y todos galoparon hasta conseguir huir de la estampida hasta que Tom resoplando le pidió al abuelo de ir a un lugar un poco menos… estámpidico y así fue: –Brújula mágica del superabuelo, ¡queremos descansar y merendar!
FIUUU, CATAPUM y aparecieron comiendo bocadillos en lo alto de una montaña. El abuelo sacó la guitarra y empezó a tocar una canción acompañados por unas simpáticas vacas. Con un catalejo observaban la nieve de las montañas hasta que Lucy grito: ¡peligro, abuelo! Una ola de nieve gigantesca bajaba por la ladera de la montaña. Justo antes de que la avalancha les alcanzara el abuelo se subió con los niños a una vaca diciéndole: ¡arriba vaca, arriba! y de la brújula salió la magia a través de un remolino que hizo que la vaca volara y les alejara del peligro.
Lucy le pidió a su abuelo ir a un lugar un poco más….dormilón y todos pensaron que sería buena idea, entonces el abuelo sacó su brújula y le pidió que les llevara de vuelta a casa…
FIUUU CATAPÚM
Y volvieron a casa, y se durmieron pensando en la magia que su abuelo tenía que sin moverse de casa habían vivido aventuras alucinantes gracias a la gran imaginación del superabuelo.
Sin duda el libro esta lleno de fantasía e ilusión. ¿A qué niño no le gusta soñar despierto, y escuchar la palabra magia? Desarrollar la imaginación en los niños es muy importante, para ello hay que darles la oportunidad de jugar. Un juego libre, con juguetes no estructurados para que la creatividad aflore. Sin limitaciones por parte del adulto que tiene que ser un simple observador que no interfiere en su juego.
Paul McCartney con su libro infantil destaca eso, la importancia de disfrutar sin necesidad de salir fuera de casa, aprovechando los recursos que uno tiene cerca.
La relación entre abuelos y nietos siempre es especial. No hay nada más bonito que ver cómo un abuelo/a cuenta historias a los pequeños. Me encanta el juego de palabras que se crea tras cada aventura, y que cada vez que saca la brújula con su mensaje mágico hace participar al niño con la curiosidad del final del mensaje que va cambiado tras cada aventura. Por un lado anticipa lo que va a ocurrir pero no sabe a dónde irán.
Las ilustraciones son geniales y ese momento en el que el abuelo les toca la guitarra no podía faltar en este libro.
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