Siempre he dicho que hacen falta más zonas verdes para jugar. La construcción ha ido reduciendo los espacios naturales existentes en las ciudades, limitando las posibilidades de salir a jugar fuera de casa.
Las consecuencias han sido muy graves porque además ha coincidido con la llegada de los dispositivos electrónicos a cualquier casa. Las tablets y los iPad son un recurso fácil para entretener al niño, para callarlo cuando está pesado y para dejar que los padres coman tranquilos sobre todo, cuando salen fuera de casa.
El monstruo del aburrimiento se ha apoderado de la tecnología y por eso los niños se aburren más sin ella, tienen menos tolerancia a la frustración e incluso un desarrollo madurativo inferior que los niños que no están en contacto con las pantallas.
Es muy importante no hacer uso de ellas al menos los 5 primeros años de vida, leer más con los niños, de forma conjunta y salir en busca de entornos para jugar fuera.
El pasado verano inauguraron en mi ciudad un paseo fluvial en la zona del río, paseando me encontré con una magnífica zona recreativa para niños de 2 a 12 años.
Un área de juego para jugar y aprender con agua y arena
Se trata de un área de juegos Para jugar con:
Agua:
Estos juegos infantiles buscan crear espacios de participación y cooperación entre niños, fomentando al máximo el trabajo en equipo, la imaginación y la creatividad en el planteamiento de objetivos a conseguir y formas de llegar a cumplirlos a través del juego.
Se trata de posibilitar la interacción con el agua, que es elemento principal del jardín, desde una perspectiva lúdica y a la vez educativa, representando conceptos y elementos básicos de la hidráulica como las pendientes, las derivaciones, los tornillos de Arquímedes…
Los niños presionan botones o mueven turbinas que hacen aparecer y que circule el agua por distintas derivaciones. El agua que se utiliza proviene del río que bordea la zona a través de un paseo fluvial.
Arena:
Por otro lado, hay otro tipo de juegos cuyo principal protagonista es la arena, Buscando que los niños puedan estar en contacto con materiales naturales y potencia su imaginación.
Ambas zonas suponen un espacio donde se puedes socializar ya muchos de los juegos requieren de colaboración entre varios niños. Son espacios llenos muy beneficiosos:
- Seguros: porque la superficie ante una caída es blanda, sobre la arena.
- Estimulantes: promueven la curiosidad y creatividad y aprender de forma vivencial conceptos como lleno y vacío, seco y húmedo.
- Desarrollan la motricidad: impulsan el desarrollo muscular y óseo aumentando las habilidades motoras gruesas y finas (cavando con las manos o llenando cubos con agua o arena)
En España estas zonas son excepcionales y apenas encontramos, en Gijón hay algo parecido pero es muy pequeño. Es una suerte que los peques murcianicos puedan optar a un lugar así y pues son entornos de aprendizaje que favorecen el desarrollo de los niños desde una perspectiva lúdica y sensorial.